

Y después de estos platos tan contundentes.... a lo ligerito, que no puede ser; el paladar lo agradece, pero el estómago y los michelines..... uff
La crema de calabacínes, la clásica con cebolla rehogada y ajos, y a cocer con el calabacín partido en trozos. Luego se tritura finamente y si se quiere se le añaden unos quesitos, sal, pimienta, nuez moscada y perejil o cebollino para adornar.
La merluza, simplemente con nos cuantos dientes de ajo en láminas a dorar en la cazuela con el aceite de oliva virgen, se le añade una cucharada de harina, se rehoga y a continuación el vino blanco, dejando evaporar el alcohol. Se añaden unas almejas, un puñado de guisantitos (congelados, o de bote), y los espárragos. Sal, y perejil espolvoreado por encima.